Lo mismo sucedió con el resto de políticos de Podemos en la Comunidad de Madrid.
Felicitamos a la rancia alcaldesa, por
la rancia defensa de su rancio ideario. Bien es sabido que la Guardia
Civil y la Policía Nacional son los dos peores grupos represivos desde
la Santa Inquisición, incomparables con los agentes de las coloridas
policías autonómicas, que han de cobrar más por representar las
voluntades independentistas, en algunos casos, y en general, por haber
borrado la palabra “España” de su uniforme.
Alegan los miembros del CNP y de la
Guardia Civil que sus funciones, aparte de más completas y complejas,
puede suponer, el ejercerlas el desplazamiento por todo el territorio
nacional, como los 3.000 km que hay desde Canarias a Girona, dejando
solas a sus familias. Y el riesgo al que se enfrentan al llevar a cabo
la protección de los ciudadanos españoles en todo tipo de escenarios,
con sus grupos de montaña, carretera, marítimos, antiterrorismo, etc. y
que así lo llevan demostrando décadas.
Carmena reserva sus ilusiones y apoyo
salarial para el día que consiga crear esa Policía Municipal que
pretende en Madrid, que convence con la palabra al mangante de turno, a
cuyos pies está tirada la señora a la que acaba de robar el bolso, de
que se lo devuelva por las buenas y se vaya a reflexionar.